Las máquinas de vapor funcionan gracias a la fuerza expansiva del vapor de agua. Este vapor se genera en la caldera, donde el agua pasa de estado líquido a gaseoso. La salida del vapor hacia la máquina provoca que el nivel de agua baje constantemente, por lo que es necesario ir rellenándola a fin de mantener el nivel adecuado y evitar las explosiones debidas a la falta de agua.